Debido a su bajo riesgo y alta rentabilidad esta es una alternativa muy atractiva para los latinoamericanos. La rentabilidad histórica anual llega al 20 por ciento y las inversiones arrancan en 50.000 dólares.
Para invertir en propiedades en los Estados Unidos ya no es necesario tener un capital que supere el medio millón de dólares o más. Hoy en día existe un modelo de negocio, hasta ahora poco conocido por los latinoamericanos pero bastante popular en el país, que permite obtener ganancias bastante significativas de la industria inmobiliaria con inversiones que arrancan en 50.000 dólares.
Actualmente, debido a la inestabilidad que se percibe en América Latina, cada vez son más los habitantes en la región que buscan proteger su capital en mercados seguros y estables como el americano. Sin embargo, se advierte que las altas sumas de dinero que se requieren para invertir en el mercado inmobiliario de una de las economías más robustas del mundo muchas veces limita a potenciales inversionistas.
“Comprar un apartamento o una casa supone, solo de cuota inicial, unos 200 mil o 300 mil dólares. Además, no es tan fácil acceder a ese tipo de inmuebles sin la asesoría permanente de un experto que presente opciones, asesore en la documentación y los temas legales. También se debe esperar a que el bien se construya o arriende para que comience a generar ganancias. Así que la compra tradicional de inmuebles termina siendo una forma de inversión destinada a personas con mucho capital”, precisa el experto.
“No es un edificio que se va a construir o cuyos apartamentos se rentarán ocasionalmente para turismo o largas estadías; son edificaciones ya operando, usadas como vivienda y en su mayoría ocupadas. Al momento de ingresar al negocio todas las unidades se encuentran con un nivel de ocupación superior al 90 por ciento”.
Esta es una modalidad de inversión específicamente diseñada para generar flujos constantes y apreciación en el tiempo a través de la diversificación en múltiples unidades, no del ingreso de un solo departamento. Este modelo no tiene riesgo de construcción ni de vacancia, pues todos los edificios ya se encuentran construidos y alquilados, además, genera buenas rentas que en algunos casos pueden ser hasta del 20 por ciento anual.
Estas ventajas lo han convertido en el producto por excelencia del Real Estate en los Estados Unidos y en uno de los mejores del mundo, pues el riesgo es bajo y la rentabilidad alta. “Lo último que deja de pagar la gente en una crisis, en una recesión, en cualquier instancia, es su vivienda, por eso es tan bueno”.